lunes, 19 de octubre de 2009

INTRODUCCIÓN :

EVOLUCIÓN HISTÓRICA SOBRE

LA TELEVISIÓN.

El descubrimiento de la televisión se ha ido fraguando desde el siglo pasado. Aunque algunas personas contribuyeron a ello de modo particular, nadie puede ser señalado como inventor de la televisión, ya que ésta resulta de varios descubrimientos aislados en los campos de la electricidad, del electromagnetismo y de la electroquímica. No obstante, si se quisiera identificar un punto de partida, se podría llegar a la segunda mitad del siglo XIX.

Alemania, 1869. J. W. Hittorf experimenta el fenómeno luminoso que se produce por el

paso de la electricidad a través de gases enrarecidos y descubre, así los rayos catódicos.

Gran Bretaña, 1873. L. May y W. Smith establecen la relación que existe entre la

resistencia eléctrica de una placa de selenio y el grado de iluminación que recibe.

Estados Unidos, 1875. G. Carey estudia un sistema basado en la adopción de 2500 células de selenio (emisoras) conectadas a una pantalla receptora integrada por 2500 bombillas eléctricas. Estableciéndose por vez primera, el principio de la descomposición de la imagen en puntos, como base de su transmisión. Francia, 1878. C. Selecq se basa en el estudio anterior, para proyectar un sistema de lectura secuencial, por puntos, de tal modo que las 2500 bombillas se alumbran sucesivamente con un intervalo de 0,1 segundo. 1878, cuando el inglés William Crookes (1832-1919), Premio Novel de química, estudió los fenómenos que acompañan en los gases enrarecidos el paso de corrientes entre dos cuerpos de distinto potencial eléctrico, las radiaciones, compuestas de electrones, que emitía el cátodo durante la descarga. Poco después, en 1884, el alemán Poul Nipkow (1860-1940) construyó un aparato televisivo rudimentario, basado en un disco perforado que utilizaba de emisor un tubo de neón. Sustancial peso tuvieron en el mismo periodo las investigaciones de los precursores de la radio, que crearon los métodos de transmisión de señales a distancia. K. F. Braun en 1897 construye un tubo de rayos catódicos con pantalla fluorescente y más tarde también en Alemania, 1906, M. Dieckmann y G. Glage ponen en practica una transmisión televisiva de imágenes aplicando la lámpara de Baun a un sistema telegráfico. Terminada la segunda guerra mundial, comenzaron a atender a la televisión algunas grandes compañías de los Estados Unidos, como la Westinghouse General Electctric y la Radio Corporation of América, que propulsaron amplios programas de búsquedas. Así, el nuevo sistema de comunicación salió de los laboratorios experimentales y se convirtió en objeto de un programa racional de desarrollo. Los resultados no se hicieron esperar. En 1923 un ruso que había adoptado la nacionalidad estadounidense, Madimir Kosma Zworykin registró el iconoscopio o tubo analizador, la primera telecámara electrónica que dio resultados positivos. Algunos años más tarde apareció el cinescopio, el tubo electrónico usado para la recepción televisiva.

En 1927 se llevaba a cabo felizmente una prueba de transmisión televisiva entre Washington y Nueva York. Las primeras sesiones regulares, dirigidas al público, se efectuaron en Gran bretaña por obra de la Brittish Broadcasting Corporation (BBC) en 1929.

El principio de la televisión en color, o sea el análisis de la imagen en tres colores primarios, data de 1929, pero la síntesis de la imagen era muy complicada para la tecnología de la época. En Estados Unidos, se realizaron pruebas con tres tubos de imagen en blanco y negro y un disco giratorio con sectores de colores verde, azul y rojo. Este mismo año, con motivo de la inauguración de la Feria Mundial de Nueva York, empezó sus teletransmisiones la primera estación de Estados Unidos. Durante los años siguientes, se va aumentando el número de líneas de definición de la imagen. Se pasa de las 120 de los primeros tiempos a las 343 en 1936, las 441 en 1939, hasta llegar más tarde a las 525 actuales de la televisión estadounidense.

En 1935 la BBC de Londres adopta el sistema EMI de 405 líneas. Un año después Alemania transmite durante 16 días la olimpiada de Berlín. Francia inicia su programación televisiva en 1937 con una definición de 445 líneas. La Unión Soviética se incorpora con un sistema de 343 líneas en 1938. Así mismo en 1939 se efectuaron en Italia transmisiones experimentales. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, un nuevo tubo de análisis de imagen, el orticonoscopio o videcon, sustituyó al iconoscopio, que, con su baja sensibilidad a la luz, producía distorsiones de la imagen y obligaba a los actores ha actuar con la luz cegadora de las potentes lámparas de los estudios.

Las primeras experiencias de televisión en Madrid ocurrieron en 1951, aunque no se emite regularmente hasta 1956.

El primer magnetoscopio fue fabricado en Estados Unidos en 1952, y un año después se produjo la primera transmisión en color, y se inventó el tubo de máscara. En 1962 se produce la primera transmisión de televisión por satélite en concreto el TELSTAR. Dándose por esta época en Europa las primeras emisiones en color.

Se funda en Washington la INTELSAT, destinada al control y explotación de comunicaciones televisivas por satélite en 1964.

La televisión por cable, en constante desarrollo, alcanza en Estados Unidos en 1978, la cifra de 13 millones de abonados (17 % de los telespectadores ).

La carrera por el dominio universal de las comunicaciones televisivas corre paralelamente con otras batallas, siendo una televisión mundial, sin fronteras, el objetivo de los próximos años.

LA TELEVISIÓN.

La palabra televisión procede de la palabra griega “tele”, que significa “lejos” y de la palabra latina “videre”, que significa “ver”. Cosa que nos muestra por su mismo nombre, que con un receptor televisivo podemos ver información de todo el mundo. Para este cometido, la óptica, la electricidad, la mecánica, la física en general, la informática y hasta las ciencias aerospaciales son disciplinas que junto a las artísticas, se citan en la televisión. La técnica aquí es un medio no un fin. Actúan para lograr su correcta función como medio de comunicación de masas más allá de toda frontera. La televisión es como una ventana que da al mundo, por la que vemos cosas que normalmente no forman parte de nuestra vida cotidiana, cómo el momento en que el hombre pisó la luna por primera vez, la tensión de una final olímpica... . Cuando se enciende el televisor se coloca la última pieza del rompecabezas en el que se hallan comprometidos millones de personas y miles de millones de dinero solamente en equipo.

La televisión es algo relativamente joven, al menos para le publico, ya que su entrada en los hogares no se produce hasta los años 50. Sin embargo, para los técnicos y como medio de transmisión de imágenes por radio la televisión ya era conocida.

Técnicamente la televisión es un sistema electrónico de grabación de imágenes y sonidos, reproduciéndose los mismos a distancia. La reproducción puede ser instantánea, diferida y puede hacerse a través del éter o por cable.

El esquema del sistema televisivo es:

análisis---------transmisión---------síntesis

grabación--------difusión-------reproducción

TECNOLOGÍA DE LA TELEVISIÓN:

¿CÓMO FUNCIONA?

Para comprender como funciona la televisión hay que situarse en el lugar de un técnico que quiere transmitir cualquier acontecimiento, por ejemplo, un partido de fútbol. La toma del partido se lleva a cubo con las telecámaras, cuyo órgano esencial es el orticonoscopio de imagen, que dotado de excepcional sensibilidad, y, por lo tanto, capaz de ser empleado en las más dispares condiciones de luminosidad, tiene la función de convertir las imágenes ópticas procedentes del campo de juego en impulsos modulados de corriente eléctrica. El principio en el que se basa el orticonoscopio es el de la descomposición de la imagen en gran número de puntos, principio análogo al de la impresión de las fotografías, el cual puede observarse estudiando con una lupa de gran aumento la apretada “redecilla” de los puntos que componen las ilustraciones publicadas en una revista o diario.

La imagen de fútbol se proyecta, mediante un sistema de lentes, en una pantalla de material fotoeléctrico, con base de cesio y plata (fotocátodo), subdividida en un mosaico de diminutos elementos fotosensibles dispuestos en finísimas líneas. Si se quisiera obtener cada detalle mínimo de la imagen, había que dividirla en una cantidad enorme de partes; si debe aceptarse, por razones de coste una reproducción aproxima o, como se dice, de menor definición, la cantidad de divisiones resultará relativamente baja. En el mismo instante en que la imagen se proyecta en la pantalla o, mejor dicho, cuando la luz de intensidad variable procedente de cada punto de la imagen tiene los elementos fotosensibles de la pantalla, entra en acción el mecanismo que transforma lo visible en corriente eléctrica. Es el efecto fotoeléctrico. Que consiste en la emisión de electrones de la superficie de un cuerpo, al recibir el enjambre de partículas energéticas o fotones, que transforman materialmente la radiación luminosa. Cuanto más intenso es el rayo de luz tantos más fotones encierra, tanta más energía posee y tanto mayor resulta el número de electrones alcanzados y expulsados de las órbitas de los átomos que constituyen el sólido. La corriente de electrones registrada, por consiguiente, la alteración de luces y de sombras de las imágenes óptica que se desea retransmitir y la “información” eléctrica sale de la cámara a modo de corriente cuya intensidad varía de manera irregular: sus “picos” representan la imagen de los puntos luminosos y las “depresiones” la de los oscuros. Entre esos valores extremos se sitúa la gama entera de la luminosidad de los pormenores del cuadro visivo. No obstante, como esa corriente recoge y mide la cantidad total de los electrones emitidos, o la de los fotones provenientes de la imagen, transmite sólo la intensidad de la luz de ésta. Pero lo que aquí importa por ahora, es medir la luminosidad de cada detalle. Así pues, considerando válido el esquema anterior, debe preocuparse aislar cada parte de la imagen de las otras, así como descubrir el procedimiento para transmitir de manera sucesiva todos los puntos, uno tras otro y juntarlos después en el aparato receptor. Volviendo a los electrones que emite la pantalla a consecuencia del efecto fotoeléctrico, hay que observar que, al brotar en dirección rigurosamente perpendicular a la superficie de la pantalla, los corpúsculos liberados trasladan en el espacio conservando el “diseño” de la imagen óptica que se encuentra en el origen de la fotoemisión. El enjambre de electrones “en formación” acelerado por una tensión externa, es interceptado por una delgada lámina de vídrio. Al producir el choque, cada electrón hace salir de la lámpara otros llamados secundarios.

De este modo se obtienen dos resultados. Ante todo se tiene un efecto de ampliación derivado de la multiplicación del número de electrones, lo que provoca un aumento de la sensibilidad de la telecámara; en segundo termino se logra que, al brotar de la lámpara de vidrio, los secundarios dejen en ella una imagen iónica correspondiente a la óptica de partida. Como perder electrones es lo mismo que cargarse positivamente, la imagen iónica entera queda provista de carga positiva.

En este punto se inicia la operación de escansión o exploración de la lámpara, que efectúa el cañón electrónico, o cátodo que proyecta una finísima corriente de electrones, que “explora” toda la superficie del vidrio de la misma forma que el ojo del lector recorre la página letra tras letra y línea tras línea los puntos de la imagen iónica, que tienen carga positiva, atraen electrones y privan de ellos al rayo de exploración en tanto mayor cantidad cuanto mayor es la de los vacíos electrónicos existentes en el vidrio.

No acontece lo mismo en las partes no ionizadas de la lámpara, correspondientes a las “oscuras” de la imagen óptica. Por lo tanto, la intensidad de la corriente de electrones del cañón electrónico es continuamente modulada y alterada. Estas variaciones proporcionan la señal de imagen o señal de vídeo, que parte de la estación transmisora en forma de onda de radio, exactamente como sucede en el caso de una corriente variable y transmite un micrófono.

El partido de fútbol que se ve en la pantalla del televisores, como se deduce de lo anterior, un conjunto de puntos que se envían uno tras otro, dado que la corriente del cañón de la telecámara explora la imagen iónica de manera sucesiva, detalle por detalle. Esto implica que en cada instante sólo hay un pormenor del cuadro óptico general en la pantalla de televisión. Si en ella aparece todo iluminado, y si la imagen resulta completa, obedece a que se conserva la percepción de la luz que ha entrado en el ojo durante una décima de segundo después de que el estímulo luminoso ha desaparecido. Así pues, basta transmitir todos los detalles de la imagen en menos de una décima de segundo para que se muestre completa y la pantalla iluminada. Como se debe reproducir todas las secuencias del partido de fútbol en menos del tiempo que se ha indicado, para transmitir las imágenes secuenciadas y continuas, se tiene que enviar al menos, en el peor de los casos, unas diez cada segundo, pero en la práctica reciben muchas más.

La señal de vídeo con las informaciones, oportunamente amplificada, llega a la antena transmisora, produciendo en el espacio circundante campos eléctricos y magnéticos de fuerza. Estos “viajan” por los ámbitos hasta que encuentran una antena receptora, en la que inducen una corriente idéntica en esencia a la que circula por la transmisora. Las ondas ultracortas que se emplean en las emisiones de televisión no son reflejadas desde la ionosfera a la tierra, como se verifica en las medias, cortas y largas de la radio, sino que, como las radiaciones luminosas, se propagan en línea recta, los receptores televisivos se instalan en altas torres o en la cima de relieves montañosos, para que la emisión tope con el menor número posible de obstáculos. Los programas pueden, gracias a ello ser recibidos por todos los televisores en una comarca más o menos extensa, lo que depende de la potencia de emisión y de la configuración del terreno.

En la recepción, en la que ocurre un proceso inverso al que sucede en el orticonoscopio, el papel fundamental corresponde a otro tubo electrónico; el cinescopio. La débil señal que capta la antena receptora se separa, mediante la sintonía, de las procedentes de otras estaciones, se amplifica y se desmodula, para recobrar la señal vídeo, que se envía al cinetoscopio.

Este está provisto de un cañón electrónico, que proyecta un haz de electrones, modulado por la señal de vídeo, sobre una pantalla cubierta de material fluorescente. Cada punto de la superficie de la pantalla emite entonces una luz proporcional en intensidad a la del pincel electrónico que la recorre. Por un proceso al que se verifica en le mosaico del orticonoscopio, o sea, por la generación de fotones que liberan los electrones procedentes del cátodo, se reconstruyen en la pantalla del televisor doméstico los pormenores del partido de fútbol, en la posición exacta que ocupan en el cuadro óptico y con las mismas relaciones de luminosidad.

Hace algunos años que han entrado en función los sistemas televisivos de transmisión y recepción en color. Como se sabe, cualquier color visible puede reproducirse mezclando entre sí, de la forma adecuada, los colores primarios ,o sea, el blanco, el rojo, el amarillo y el azul. La televisión carece del amarillo al que sustituye el verde. Las tomas se efectúan con telecámaras, en las que los electrones que producirán la imagen son emitidos por tres cañones electrónicos, idénticos a los empleados en las transmisiones en blanco y negro, pero uno para cada color primario.

Los electrones exploran una pantalla cubierta de un mosaico de centenas de millares de pequeñísimos triángulos, cada uno compuesto de tres puntos, correspondientes a tres sustancias fluorescentes, las cuales al ser excitadas por el rayo de electrones, emiten respectivamente, luz roja, luz verde o luz azul. Por consiguiente, de los tres tubos de toma se obtienen otras tantas señales vídeo, que reproducen la imagen en rojo, verde y azul. En el televisor de recepciones de colores se recomponen y combinan las tres señales de imagen.

IMAGEN:

La imagen que aparece en la pantalla de televisión es una ilusión, un engaño de la vista. Una imagen de televisión, está formada realmente por un punto de la luz muy pequeño que recorre muy rápidamente la pantalla, línea a línea, incesantemente. Tarda tan solo, cincuenta y dos millonésimas de segundo en recorrer una línea. Es un proceso demasiado rápido para que pueda ser captado por el ojo humano. Cualquier imagen recibida por el cerebro humano a través de la vista, tarda una décima de segundo en desvanecerse (propiedad del cuerpo humano que se llama persistencia de visión), y por ello cada punto de la pantalla parece estar continuamente iluminado, formando así, una imagen completa a la vista del espectador.

TRANSMISIÓN DE IMÁGENES.

Para transmitir una imagen hemos de traducirla antes en señales eléctricas. Por lo que la escena está dividida en muchas partes que deben ensamblarse tras el envío de la señal eléctrica para que la persona del extremo receptor pueda ver la imagen completa.

Transmitir una imagen no es lo mismo que transmitir música, ya que las notas musicales son producidas unas tras otras y traducido a señales eléctricas después se recuperaría en el orden exacto en que fueran enviadas.

En cambio respecto a la imagen, todos y cada uno de los fragmentos de información que constituyen esa imagen son recibidos por la cámara al mismo tiempo. No es posible convertir todos los detalles en una sola señal eléctrica y enviarlos al mismo tiempo.

Se envía la información contenida en la imagen, como ya explique anteriormente, mediante una serie de señales consecutivas, para que al receptor le sea posible rehacer la imagen original.

Una imagen de televisión se descompone en pequeños fragmentos normalizados que se llaman elementos de imagen o pixels y es reconstruida posteriormente por el receptor. Se descompone de izquierda a derecha, de la fila superior a la inferior, luego el receptor hace una ”lectura” y recompone la imagen, llamando a todo este proceso de barrido electrónico.

En la cámara de televisión la imagen que necesitamos televisar se proyecta sobre una placa especial, provista de un revestimiento que posibilita una mayor o menor medida de la carga eléctrica en función de la luz que caiga sobre ella.

Cada pixel es explorado por un haz de electrones, de modo que la cuantía de la carga en ese punto de la pantalla se ha transformado en una señal eléctrica, que varía según la cantidad de luz que incide sobre el pixel explorado.

Es muy importante la sincronización entre la cámara y receptor de imagen. El receptor debe saber cuando se empieza y se termina cada nueva línea de la imagen. Debe saber también cuándo se ha completado una imagen y puede empezarse otra. El ritmo al que las imágenes son exploradas por la cámara y al que aparecen en la pantalla es muy importante. Si el ritmo de recepción de imagen fuera inferior a quince imágenes por segundo la pantalla parpadearía. En la mayoría de los países se envían veinticinco imágenes por segundo.

Cada imagen se completa en dos fases. En el primer barrido el haz de electrones que reconstruye la imagen en el receptor explora sólo las líneas de numeración impar, entonces vuelve a la parte superior de la imagen a explorar las líneas de numeración par, demasiado rápidamente para ser percibido por el ojo humano. La configuración de las imágenes de televisión suele ser de 625 líneas aunque en Estados Unidos lo normal son 405 líneas.

LA CÁMARA

Una cámara de televisión “ve” del mismo modo que nosotros, que vemos las cosas por la luz reflejada hacia nuestros ojos. La luz que refleja una escena pasa a través de lentes que la enfocan de manera que la imagen que recibe la cámara esté bien definida y sea luminosa. Los tubos que contiene la cámara en su interior, transforman la luz en señales eléctricas de imagen de televisión y el cable se encarga de conducir las señales eléctricas a la sala de control.

La cámara constituye la unidad básica en la vídeocomunicación. Una cámara consta de tres partes:

Un sistema óptico.

Un cuerpo electrónico, donde quedan grabadas las imágenes reales situadas frente al sistema óptico.

Un sistema de visionado, para el control de la grabación de las imágenes captadas.

Las cámaras de televisión pueden clasificarse en cinco tipos:

Cámaras de estudio- son de gran peso y tamaño, y de gran precisión.

Cámaras EFP(Electronic Field Production)- Para unidades móviles, equipos de retransmisión, exteriores, etc. Puede manejarse desde el hombro o con aditamentos puede convertirse en cámara de estudio.

Cámaras ENG(Electronic News Gathering)- Ultraligeras, destinadas al periodismo electrónico, se portan al hombro. Suele incluir el sistema de grabación autónomo, lo que permite una total libertad de movimientos para el operador.

Cámara de vídeo home- para uso de aficionado.

Cámara CCTV (Circuito cerrado)- funciones de vigilancia y control.

La televisión es un sistema para la transmisión y recepción de imágenes en movimiento y sonido a distancia.

Esta transmisión puede ser efectuada mediante ondas de radio o por redes especializadas de televisión por cable. El receptor de las señales es el televisor.

La palabra "televisión" es un híbrido de la voz griega "Tele" (distancia) y la latina "visio" (visión). El término televisión se refiere a todos los aspectos de transmisión y programación de televisión. A veces se abrevia como TV. Este término fue utilizado por primera vez en 1900 por Constantin Perski en el Congreso Internacional de Electricidad de París (CIEP).

El Día Mundial de la Televisión se celebra el 21 de noviembre en conmemoración de la fecha en que se celebró en 1996 el primer Foro Mundial de Televisión en las Naciones Unidas.